miércoles, 30 de abril de 2014

Panem et circenses

¿Quién dice que los abogados no tenemos sentido del humor? En la gran carpa de la abogacía muchos colegas hacen malabares con la ley mientras caminan por la cuerda floja. Otros se especializan en domar, ya sean pulgas de letra pequeña, o enormes bestias. Yo mismo he sido muchas veces hombre-bala lanzado contra un muro de ladrillos burocráticos. Si hacemos inventario encontraremos también faquires apaga-fuegos, magos de las palabras que consiguen amigar a todas las partes e incluso trapecistas que por sus clientes dan el triple salto mortal. Pero no se confunda, nuestra pasión es sincera y no hay cédulas en blanco, entre nosotros poco payaso encontrara.

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