viernes, 8 de noviembre de 2013

Miseria

Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, su madre lloraba mares de lágrimas, lo único en lo que son ricos los más pobres. Él se abrigó como pudo el frío del alma, de la casi certeza de no volver a verlos. En unos pocos días todo habría acabado, estaría muerto en el fondo del mar o seguiría siendo pobre, pero menos, en el mundo blanco.

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