lunes, 15 de julio de 2013

Envidia

La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas en la taza del váter, signo inequívoco de que en nueve mareas eclosionarán los alevines.  Los pescadores discuten entre sí. Los más experimentados suplican arrojarla por la borda y así evitar la ira del rey del mar. Los jóvenes prefieren vender la exclusiva y cuelgan una foto en facebook. Las walkirias, celosas, descienden en picado para hacer honor a su nombre.

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